miércoles, 17 de junio de 2015

"Capitalismo" o "NO Capitalismo" ¿Existe otra cuestión?

 ¿Realmente podemos definirnos culturalmente como capitalistas? ¿Es compatible la gestión liberal de la economía con un modelo de convivencia digno?


Yendo a la raíz de las cosas, y abstrayéndose de ideologías que puedan contaminar la esencia de esta reflexión; es difícil exponer argumentos a favor.
Esta postura aboga por atribuir plena libertad a la empresa privada para operar e interactuar con países, personas y otras entidades empresariales; y parten de la base que esa situación provoca por sí misma abundancia y prosperidad por mera tendencia.


Los que no se contentan con defender un marco de competencia anárquico y deshumanizado; se explayan, y dan por hecho que esas empresas competirán honradamente, y los bienes de primera necesidad: tipo alimentación, vivienda, energía, medicamentos o salarios, se instalarán en precios razonables y/o asequibles.

Desde una óptica pragmática, parece diametralmente opuesto a la realidad; o, dicho de otro modo, radicalmente falso y falaz. No puede ser, sino un concepto acuñado por quienes cuyas decisiones trascienden. Es evidente que pequeños y medianos empresarios no se benefician de tales condiciones, ni disfrutan de exenciones en el pago de impuestos, y de más prebendas clientelares y corruptas

No les escucharás decir que el hombre es bueno por naturaleza, si acaso, al contrario; sin embargo, se permiten el lujo de extrapolarlo a gran escala, cegados en la cerrazón de un pensamiento único que ha degenerado en fanatismo.

En cambio, lo que queda patente y es incontestable son las cifras que derrumban ese argumentario, y que ciertamente padecemos.

¿Quiénes gozan de libertad, y para qué la utilizan?


Las empresas se asocian en grandes lobbies, y éstos se entienden entre ellos para maximizar beneficios; que es, de hecho, su razón de serResulta oportuno traer a colación un ejemplo muy ilustrativo, que compara con bastante rigor el funcionamiento y forma de operar de una empresa multinacional, con la conducta de un psicópata. Tienen similitudes definitorias, como la evidente ausencia de empatía o la destrucción del entorno natural sin atender a las consecuencias; aunque esto implique la degradación y extinción de vidas humanas para satisfacer, ante todo, sus deseos primarios de optimizar ganancias a costa de todo/os.

Para reforzar esta tesis, hay que decir otro dato llamativo. El nivel general de psicopatía en la sociedad es del 2 por ciento; mientras que, entre altos ejecutivos y directivos del mundo financiero, es de entre el 18 y el 20 por ciento. No es una cantidad baladí, ni responde a la casualidad. De hecho, el estudio atribuye mayor capacidad de progreso en su ámbito laboral a aquellos miembros que padecen esta patología de manera más acusada.

Por otro lado, no se circunscriben a ningún tipo de criterio, ya sea ético, de decencia, de sentido común; ni tan siquiera de su propia subsistencia.

 ¿Se puede dejar a su libre albedrío a estos seres irredentos de moral más que dudosa? ¿Podemos depositar en sus manos nuestro porvenir, y el de nuestros hijos? ¡Suena descabellado!


Adam Smith ha muerto; esta vez, en el sur de Europa; donde, atendiendo a los arraigos culturales, se habrá de reaccionar en consecuencia.

La necesidad del Estado


El hombre ha de coger del mercado lo que necesita; y no al contrario, como defienden algunos. Es contra natura, y carece de sentido. A medida que los lobbies empresariales aglutinen más y más poder, la insignificancia de nuestra soberanía se verá coartada y ninguneada por los caprichos y ocurrencias de individuos por tal condición indeseables

No hace falta tener cualidades visionarias para percibir con claridad que ha de existir arbitraje e intervención de los estados en pro de sus integrantes, para no llegar a escenarios más patéticos y aberrantes que los que estamos conociendo ¿Cuánto? Se ha de constituir un equilibrio necesario para garantizar unas condiciones de vida con un mínimo de decencia y proporcionalidad.

Es imprescindible que los Estados sean fuertes y tengan capacidad para sancionar los abusos de las élites empresariales y financieras que se producen de un modo flagrante. Un Estado soberano es la última barrera entre la voracidad de los mercados, y la vulnerabilidad e indefensión a la que se ve expuesta la ciudadanía. Llegado el momento en que se permiten el lujo de especular con bienes de primera necesidad, amigos, entramos en un terreno macabro.

Pueden beneficiarse tanto del el éxito de un ente público o privado, como de su caída; y si les interesa la caída de alguna empresa o país en particular; instigarán su declive.

Extrapolan lo que es "real" a lo "ficticio", y supeditan lo ficticio a lo real; aunque lo real esté indefectiblemente ligado a condiciones inflexibles. Trasladan de facto lo concreto e innegable a una gran ficción "ludopática". Es como tratar de someter a las familias al azar de una gran máquina tragaperras; para que sea "eso" y no nosotros, lo que rija nuestro futuro; sin más, ¡entregados a su suerte!

Su pretensión es la de eliminar lo poco que nos queda de ciudadanos, para reducirnos a la mínima expresión de "consumidores"; y lo peor es que hay gente que desperdicia su intelecto en defender eso sin percibir un sueldo a cambio. Cortesanos con ambiciones que actúan como "mercenarios de lo ajeno". Quien intuya que esto es un alegato comunista, infravalora la capacidad humana para innovar y revolucionar el marco de su propio devenir, como lleva haciendo desde que existe, y cuestión que nos define como especie.

Se antoja vital plantear un modelo económico ecléctico que funcione bajo criterios de lógica y perdurabilidad; y no tratar de imponer doctrinas que incurren en el dogmatismo con la contumacia más cerril.


La vieja guardia


Ahora me dirijo a quienes defienden los postulados de la iglesia, y la influencia que ésta ejerce sobre la sociedad; y, por otro lado, le tienen declarada la guerra al mundo de la cultura ¿A qué puede deberse la contraposición de estos dos sectores a priori compatibles? ¿Es algo aleatorio? Heme aquí ante una paradoja muy reveladora. Dicho de otro modo; prefieren que seamos sumisos y resignados, a que tengamos ideas y mentalidad crítica. Analfabetos temerosos de dios. Mito Vs logos. Es un "déjà vu" que resuena; una efeméride histórica que trata de repetirse una vez más.

Es como pretender sustituir el arte y la imaginación, por la oración y el adoctrinamiento. La luz por la oscuridad; la curiosidad por la estulticia. Abocados a lo más rancio y recalcitrante de nuestro pasado; implantando y retrotrayendo leyes en materia de aborto o restricción de derechos, que nos alinea ideológicamente con los países más periféricos de nuestro entorno; y también hay que decir, con algunas dictaduras africanas.

La derecha española ha creado, con la complicidad necesaria de una izquierda bastarda, el caldo de cultivo perfecto para la instalación masiva de esta progenie corrupta en las instituciones. Hemos entregado los gobiernos de esta "nación de naciones" a miserables súbditos del poder -de status heredado- cuyas conductas mafiosas les retratan como tales.


De otro lado, es un tópico escuchar a personas conservadoras reprochar a las nuevas generaciones el carecer de principios ¿Puede haber mayor muestra de desprecio a cualquier expresión cultural, credo, pilar, noción o fundamento en el ámbito de la moralidad que la defensa de esa impostura?


Absolutismo Financiero


Esas ansias de subvertir el orden constitucional de los pueblos en favor de los mercados, responden a una declaración de intenciones con vocación de control total sin edulcorantes. Cuando la ley se ve superada y pisoteada por la crudeza de los susodichos, hay que trazar una vigorosa línea.

Se han acuñado conceptos como "liberalismo", o "libertad de mercado" para enmascarar lo que objetivamente hablando es una confiscación del patrimonio a gran escala. Libertad para privarte de tu libertad; libertad para expoliar los recursos disponibles. Es, en último término, instalar la ley del más fuerte.


La economía liberal ha visto la posibilidad de engullir a la política estatal, y ha dado pasos importantes en esa dirección. Una política llamada a velar por el bien común que no se está sabiendo enfrentar a un liberalismo desatado con un leitmotiv muy nítido; que no es otro que redistribuir la riqueza en favor de sus acreedores; para lo cual, están modificando y manipulando los parámetros necesarios de manera perversa y compulsiva.

Nos ha tocado vivir malos tiempos; y de esta situación, que trasciende a nivel mundial, deben surgir ciudadanos/as mejores. En eso deposito mis mejores deseos. Para malcontento de quienes se dejarán arrastrar por prejuicios descatalogados, que no responden a las preocupaciones que nos afligen en un presente diferente y cambiante.

Pongo fin a esta exposición con una cita de autor desconocido: <En un organismo cancerígeno, sólo las células más enfermas alcanzan las posiciones de honor>.

3 comentarios:

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  2. "No hace falta tener cualidades visionarias para percibir con claridad que ha de existir arbitraje e intervención de los estados en pro de sus integrantes" ¿Y usted no se da cuenta que los lobbies y todo el poder que aglutinan más y más poder están allí para hacerle la pelota al Estado? ¿No se da cuenta que es justamente el Estado el que favorece a ciertos Lobbies en detrimento de los demás empresarios? Perdone, pero no hace falta tener cualidades visionarias para darse cuenta que los únicos que pueden establecer privilegios y barreras de entrada son los miembros del Estado, personas tan susceptibles de corromperse como cualquier empresario.

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    1. Desde luego, Sr. Ecarri. Precisamente dedico parte del artículo en resaltar ese aspecto. Señalo a "esa progenie corrupta que se ha instalado en las instituciones" como parte del problema; dada la afinidad que existe entre los referidos, y las elites empresariales. Lo que se conoce como "el capitalismo de amiguetes". En otras publicaciones hago mayor hincapié en ese tipo de cuestiones. Estará usted al tanto del secretismo que existe en torno a la elaboración del T.T.I.P; que se está llevando a cabo a espaldas de la ciudadanía europea. Y que, de aprobarse, tal y como estamos pudiendo conocer por medio de filtraciones; los Estados podrán ser sancionados por tribunales "independientes" si no consiguen los márgenes de beneficios que tengan previstos; ya sea por la aprobación de leyes para la salud pública, o vaya ud. a saber. Además de suponer una nueva batería de restricción de derechos laborales. Llegados a tal punto, no habrá políticos; ni buenos, ni malos, que puedan interceder. Se presentarán una serie de tecnócratas para explicarnos que las cosas son así, e impondrán mecanismos para situarse en una posición de superioridad que habremos de asumir como inamovibles. Si su intención; que no se han molestado en ocultar, es debilitar la posición del Estado, y menguar su soberanía, desde luego, ahí es donde hay que poner el foco. Por supuesto, abogo por la participación de los interesados (la ciudadanía) en la gestión de la cosa pública, y sacar a los amigos del poder de las instituciones. Pocos instrumentos nos quedan ya; como la ley, que de tener ocasión, tratarán de privatizarla, como pretenden hacer con la educación. Pero bueno, es una humilde opinión. Agradezco su interés, un saludo.

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